Cada 29 de julio, al finalizar la misa realizada en honor a la patrona de la localidad de Santa Marta de Ribarteme, se lleva a cabo una procesión donde se pueden ver a penitentes introducidos en un ataúd, solicitando la intervención milagrosa de la santa con el fin de sanar de una grave enfermedad, o como muestra de agradecimiento por algún favor concedido.
Porteadores y familiares, se encargan del avituallamiento de los "ofrecidos" o los "mortos vivos", durante el recorrido desde la iglesia de Santa Marta hasta el cementerio, donde se vuelve al punto de partida. En el caso de los niños, los féretros, son de color blanco y suelen ir vacíos.
En esta romería, la "Parca" queda personificada en Santa Marta, la hermana de Lázaro, el resucitado. Según las escrituras, ella mandó llamar a Jesús dada la grave enfermedad de su hermano, pero cuando el mesías se presentó, ya estaba muerto y enterrado. Ante la fe y ruegos de la desconsolada mujer, Jesús hizo resucitar a Lázaro. Por eso se considera a Santa Marta de Ribarteme la abogada de los moribundos y, por este motivo, congrega cada 29 de julio a multitud de devotos.
En cuanto a los orígenes de la romería, se remontan a 1700, pero hay quien dice que ya existía en la Edad Media. En su momento, el diario británico The Guardian, ya se hizo eco de la que consideraron la segunda romería más curiosa del mundo, y no están exentos de razón.
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