La villa soriana de Almazán organiza, del 17 al 18 de mayo, la fiesta del Zarrón con motivo de la festividad de San Pascual Bailón.
San Pascual Bailón fue un fraile franciscano, nacido en Torrehermosa, localidad situada a 54 km de Almazán, que de niño había sido pastor. Se cuenta que cuando oraba en algunas ocasiones se ponía a bailar de júbilo, de ahí que exista la teoría de que su apellido fuera en realidad un apodo.
Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando se fundó la cofradía de San Pascual Bailón. Originalmente, los miembros de la cofradía eran pastores y también ganaderos, y eligieron al Santo como patrono. La Cofradía instituyó una celebración solemne el 17 de mayo, con vísperas, misa y sermón en homenaje al santo; y el día 18, día de San Pascualillo, con oficio de difuntos.
El día 17, después de la misa, se procede a la procesión del Santo por las calles de la localidad. El Santo es portado por cuatro cofrades y es custodiado por los mayordomos. Por delante, van los danzantes que danzan de cara a San Pascual, acompañados por un palillero y los zarrones, que tienen como misión escoltar la comitiva para abrirse paso.
La función original de la figura del Zarrón era la de controlar a los jóvenes que molestaban a los cofrades en la procesión. Con el paso del tiempo, fue cambiando el sentido de la fiesta, ya que los zarrones desafían y provocan a la gente persiguiéndolos y pegándolos con la zambomba que portan.
El día 18 de mayo, San Pascualillo, se celebra la Misa por los Difuntos. No hay procesión, pero los danzantes recorren las calles de la ciudad sin dejar de bailar y, por supuesto, los zarrones no cesan en sus carreras.
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