Desde 1997, la noche del 31 de octubre, noche de Todos los Santos, Viladrau conmemora uno de sus más trágicos episodios históricos: La Persecución de las Brujas.
Viladrau fue el pueblo que más brujas ajustició en el siglo XVII. El Baile de Brujas, recuerda esta persecución y representa la Junta de Brujas que hubo en Sant Segimon la noche de Todos los Santos de 1617. Dicen que desencadenó tormentas y granizadas que echaron a perder las cosechas. A consecuencia de ello, fueron colgadas catorce brujas entre los años 1618 y 1622.
Siglos más tarde, en la actualidad, todo continúa en medio de la Plaza Mayor. La representación se hace junto a una hoguera y se tiran petardos que representan los truenos. La velada finaliza celebrando la castanyada, con castañas y licor, puesto que es un acto que se engloba dentro de la Fira de la Castanya de Viladrau.
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