La Encamisá es una fiesta que se celebra en el municipio cacereño de Torrejoncillo la noche del 7 de diciembre, víspera del día de la Inmaculada Concepción.
Cuenta la leyenda que, durante la Batalla de Pavía, el capitán Alfonso de Ávalos, de origen torrejoncillano, camufló a sus hombres bajo sábanas que les hicieron invisibles en la nieve, y, de esta manera, lograron ganar. Al llegar al pueblo victoriosos, comenzó a representarse esta hazaña bélica, adquiriendo la fiesta un creciente fervor mariano al afirmarse que la Virgen les ayudó a vencer en Italia.
En homenaje a la virgen; todos los 7 de diciembre, a partir de las 22:00 horas de la noche, los paladines de la Encamisá, cubiertos con sábanas blancas; rememoran el acontecimiento.
De la iglesia parte el estandarte de la virgen acompañado por los fieles. Mientras, en la plaza, los jinetes esperan encontrarse con el estandarte. En el encuentro, se disparan sus escopetas y gritan las salvas a la virgen y prosigue con un recorrido de casi tres horas por las calles de Torrejoncillo. Los jinetes portan el estandarte y todos desean estar cerca de él para pedirle gracias y hacerle promesas, la principal, volver a acompañarlo el próximo año.
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