El Peropalo, Fiesta Declarada de Interés Turístico Regional, es una tradición propia de la localidad de Villanueva de la Vera. Normalmente, empieza una semana antes con la Turra, la cabeza del Peropalo, que es sacada por los Quintos.
El Peropalo es el nombre con el que se conoce a un muñeco, a un pelele de tamaño natural, en torno al cual gira siempre el carnaval en Villanueva de la Vera. La fiesta consiste básicamente en una serie de ritos que se organizan en torno al protagonista en los tres días que dura el carnaval, y van, desde su confección a su muerte.
El origen del Peropalo se desconoce y hay varias interpretaciones. Pudo ser un bandido que, por violar a las mujeres, fue ajusticiado por los hombres del pueblo, o un traidor que es condenado en un proceso que parodia la Inquisición.
Pero la hipótesis más acertada, es que se tratase de una conjunción de rituales paganos, rituales agrarios de fertilidad, que se celebraban durante el invierno en buena parte de la Europa Prerromana, donde se invocaba la regeneración de las fuerzas de la naturaleza aletargadas con los fríos invernales.
El muñeco lo hacen los “peropaleros”, un conjunto de personas que velan en grupo por el muñeco y que, además de dirigir las ceremonias, se encargan de tocar el tambor, principal instrumento del festejo. Al muñeco se le hace, tradicionalmente, en un lugar secreto entre redobles de tambor y recitados de coplas misteriosas.
El rito, que se repite desde el domingo de carnaval hasta el martes, consiste en lo siguiente:
El Peropalo es el nombre con el que se conoce a un muñeco, a un pelele de tamaño natural, en torno al cual gira siempre el carnaval en Villanueva de la Vera. La fiesta consiste básicamente en una serie de ritos que se organizan en torno al protagonista en los tres días que dura el carnaval, y van, desde su confección a su muerte.
Pero la hipótesis más acertada, es que se tratase de una conjunción de rituales paganos, rituales agrarios de fertilidad, que se celebraban durante el invierno en buena parte de la Europa Prerromana, donde se invocaba la regeneración de las fuerzas de la naturaleza aletargadas con los fríos invernales.
El muñeco lo hacen los “peropaleros”, un conjunto de personas que velan en grupo por el muñeco y que, además de dirigir las ceremonias, se encargan de tocar el tambor, principal instrumento del festejo. Al muñeco se le hace, tradicionalmente, en un lugar secreto entre redobles de tambor y recitados de coplas misteriosas.
El rito, que se repite desde el domingo de carnaval hasta el martes, consiste en lo siguiente:
- Paseo del Peropalo por las calles,
- Ceremonia 'judiá',
- Prendimiento del Peropalo y
- Baile de la jota al ritmo de los tambores.
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