El cierre durante mes y medio de toda la hostelería ha paralizado las ventas de este producto, y esta es una de las Denominaciones de Origen que más se apoya en este canal de distribución. Mientras que la Federación Española del Vino apunta que la facturación de sus asociados ha caído durante el primer cuatrimestre del año casi un 35%, la Asociación empresarial de Bodegas de la DO Ribera del Duero (Asebor) la cifra en más de un 70%. "Solo se ha mantenido la venta en supermercados y on line, que sí que es cierto que ha repuntado algo, pero no es suficiente para cubrir la bajada de ventas", asegura Iker Ugarte, Presidente de Asebor.
Pendiente de cómo se concreten los plazos para la reapertura de los bares y restaurantes, a la caída de ventas se suma que muchas bodegas no han cobrado los últimos encargos entregados. "Como el estado de alarma fue de un día para otro, muchos habíamos servido vino a algunos establecimientos que aún no hemos cobrado", apunta el presidente de Asebor. "Hace falta un calendario de reapertura de la hostelería para poder trabajar sobre seguro", demanda Ugarte, porque las bodegas y viticultores tienen que seguir trabajando y los gastos se acumulan sin que haya ingresos.
Una visión que comparte Ángel Garrote Ruiz de Temiño, de la Consultora Vino de los Ángeles, que reconoce que las bodegas menos afectadas son las de mayor tamaño, que tienen más presencia en los supermercados "pero ese repunte no cubre el parón de la hostelería". "Ahora, lo que más preocupa es poder sacar el excedente de vino porque llegará una nueva cosecha y hay que hacerle sitio en las bodegas", apunta Garrote Ruiz de Temiño. Como alternativa, desde Vino de los Ángeles, apuntan a que hay que mirar a los mercados exteriores que van más adelantados en la desescalada tras la crisis sanitaria. "Hay que fomentar la exportación a territorios como China, Alemania, Japón o Países Bajos", enumera, sin olvidar que algunas bodegas pueden optar por la venta de vino a granel a otros países.
Mientras se debaten alternativas, desde Asebor se ha solicitado a la Junta de Castilla y Lêón que se valore la creación de una línea de financiación específica para el sector vitivinícola, mientras desde el sector se estudian fórmulas para reducir la cantidad de vino que hay en el mercado y evitar un desplome de los precios que podría hacer deficitario el sector.
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