La ciudad de Pamplona es conocida en todo el mundo gracias a las fiestas de San Fermín. Miles de personas, acuden cada año para vivir el riesgo y la emoción de sus populares encierros, inmortalizados para siempre por Ernest Hemingway en su novela "Fiesta". Durante nueve días, vestidos con el traje blanco y rojo típico, pamploneses y visitantes se dejan llevar por el espíritu festivo que invade las calles de forma constante.
San Fermín comienza el 6 de julio, a las 12:00 de la mañana. A esa hora se lanza desde el balcón del Ayuntamiento el chupinazo, el cohete que indica el inicio oficial de las fiestas, provocando el estallido de júbilo de la muchedumbre reunida en la plaza. El primer encierro, se celebra al día siguiente: a las 8:00 en punto de la mañana, se abren las puertas del corral de Santo Domingo y cientos de personas corren delante de los toros siguiendo el trayecto por el casco antiguo que los lleva hasta la plaza de toros.
Todos los días, del 7 al 14 de julio, se repite esta breve e intensa carrera que, en apenas tres minutos, cubre los 825 metros de distancia del recorrido. Con el lanzamiento de cohetes se indica a los corredores los diferentes momentos del encierro: un primer disparo, anuncia la apertura de las puertas del corral; el segundo, advierte que todos los toros han salido; el tercero, ya en la plaza, señala la entrada de los animales en el coso taurino; y el cuarto, avisa que ya están en toriles y que el encierro ha terminado. Uno de los momentos más emotivos se produce pocos minutos antes de que se inicie el encierro, cuando los corredores se encomiendan a San Fermín cantando tres veces ante una pequeña imagen que hay en la Cuesta de Santo Domingo.
Además, durante las fiestas y para diversión de los niños, todas las mañanas hay desfile de gigantes y cabezudos por el centro de la ciudad. El programa de actos también incluye verbenas, conciertos, exhibiciones de danza y, por supuesto, corridas de toros, que suelen estar muy animadas desde las gradas gracias a las peñas de amigos. San Fermín acaba el 14 de julio, a las 24:00 horas de la noche, cuando la gente se reune en la Plaza del Ayuntamiento y, con velas encendidas, canta el “Pobre de mí”, despidiéndose de sus festejos hasta el año siguiente.
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