El Pleno del Consell ha declarado, este viernes 29 de octubre, la paella valenciana como Bien de Interés Cultural Inmaterial, en un decreto que recoge la denominación principal de este plato, la elaboración de la receta y sus diferentes versiones a lo largo del territorio. Esta tradicional comida supone el "arte de unir y compartir".
"La paella es un símbolo identitario del territorio valenciano", ha destacado en una rueda de prensa la vicepresidenta, Mónica Oltra. "Hoy la paella no solamente constituye un plato, sino que el hecho de su preparación la convierte en un fenómeno social", ha añadido.
Son muchas las versiones y modalidades que ofrece esta receta y por eso, en los últimos años, han surgido planes de actuación y entidades para su promoción, protección y reconocimiento.
El decreto recoge la denominación principal de lo que es 'paella valenciana' así como la elaboración de esta receta, que cuenta con diversas variantes a lo largo del territorio valenciano. Asimismo, se describe la forma de cultivo y recogida del arroz, las diferentes técnicas para elaborar la paella, y el simbolismo que aporta este plato en las comidas familiares.
Sus orígenes se remontan en el año 220 a. C., y fue Alejandro Magno quién llevó el arroz a Europa. El arroz no fue sembrado en grandes cantidades en Valencia hasta la llegada de los árabes. En el siglo XVI, se empieza a tener constancia del uso, el blanqueo y la limpieza de la cascarilla del arroz.
Ya en el siglo XVIII. aparece en un manuscrito de recetas la primera cita referente a la paella o 'arroz a la valenciana', en el que se explicaban las técnicas para su elaboración y se remarcaba que el arroz tiene que quedar seco.
Al comienzo del siglo XX, este plato típico se expande a grandes ciudades internacionales. De este modo, la paella consigue su cenit con el 'boom' turístico de los años sesenta en España con la llegada de turistas extranjeros para pasar las vacaciones a las costas españolas.
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